El Miércoles de Ceniza la
Iglesia marca el inicio de la Cuaresma, tiempo de preparación a la Pascua que
termina el Jueves Santo después de mediodía, recordándonos a los cristianos que
somos creaturas, que esta vida es tan sólo una preparación y que nuestro
verdadero destino es llegar a Dios en la vida eterna.
Al momento de la imposición
de la ceniza sobre nuestras cabezas, el sacerdote nos recuerda las palabras del
Génesis, después del pecado original: “Acuérdate, hombre, de que eres
polvo y en polvo te has de convertir”, que recuerdan a los fieles
tres verdades fundamentales: su nada, su condición de pecadores y la realidad
de la muerte.
El Miércoles de Ceniza obliga
a guardar ayuno, abstenerse de
comer carne y se recomienda
participar en la liturgia de la imposición de la ceniza.
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